EQUIPO MÉDICO
Las manchas faciales son acúmulos de melanina que se distribuyen de forma irregular haciendo que la piel pierda uniformidad.
Son un problema estético bastante común y contribuyen enormemente al envejecimiento facial.
En personas jóvenes suelen aparecer a causa del sol, como resultado de cicatrices de acné y, en el caso de las mujeres, también por problemas hormonales.
En el caso de las personas de más edad, suelen estar ocasionadas por una sobreexposición al sol con el paso de los años.
En la actualidad existen sofisticados tecnologías láser para eliminar de modo selectivo los acúmulos de pigmento sin dañar los tejidos adyacentes.
Este tipo de tecnología (Láser Q-Switch) actúa por un mecanismo totalmente novedoso.
El láser emite picos de energía en tiempos extremadamente cortos (nanosegundos) que son absorbidos de forma selectiva por los acúmulos de pigmento produciendo su ruptura y posterior eliminación por nuestro organismo.
Para completar el tratamiento, los láseres PDL y KTP nos ayudan a eliminar la cuperosis y las dilataciones vasculares que se presentan en la piel envejecida y dañada por el sol.
Lo habitual es que el paciente pueda reincorporarse a su vida habitual pasadas unas horas, aunque es posible que el enrojecimiento o pequeños hematomas transitorios puedan prolongarse durante unos días.
En todo este periodo es necesario evitar la exposición al sol y aplicar con frecuencia protectores solares.
En aquellos casos en los que el paciente presente manchas faciales aplicamos un tratamiento consistente en la retirada de las capas superficiales de la piel, causantes del exceso de pigmento de estas manchas, a la vez que aplicamos principios activos específicos inmediatamente después que tratan eficazmente las manchas.
Para favorecer esta regeneración dérmica y contribuir a su vez a ofrecer un aspecto más juvenil y saludable al rostro del paciente, se emplean técnicas de microdermoabrasión, por las que se produce una exfoliación mediante la utilización de cabezales de acero revestidos de miles de pequeñas puntas de diamante.
Mediante sección por vacío y movimientos simples y delicados en el rostro, se logra el efecto en la piel del paciente. Su aplicación es totalmente indolora y relajante, como un masaje.
Tras su aplicación, aplicamos diversos activos que actúan en las capas mas profundas de la piel para despigmentar, devolverle luminosidad, homogeneizar el tono y dar un aspecto radiante a la piel.
El Peeling (Acido Glicólico, AHA, ..) es un tratamiento de elección en los casos que sea necesario contribuir a acelerar la exfoliación de la piel para tratar las manchas.
Con ello se logra la eliminación de células muertas en las capas superiores de la piel y se favorece la regeneración celular y el incremento del colágeno en la piel.
Para lograr este objetivo, existen tratamientos consistentes en la aplicación en la piel de un activo específico, que elimina tantas capas de la piel como sean necesarias en función de la profundidad del tratamiento prescrito. Cuanto más profundo sea el peeling, más eficaz y más duradero será su efecto.
El tiempo de recuperación en este tratamiento también depende de la profundidad del mismo. En el caso de peelings superficiales mediante la aplicación de ácido glicólico o de otros alfa hidroxiácidos, el tiempo de recuperación es prácticamente inmediato, mientras que en el caso de peelings medios, a base de tricloroacético pueden suponer varios días alejados de la actividad habitual, además de la necesidad de aplicación de una protección solar muy intensa.
Tratar eficazmente el melasma es hoy posible gracias a la acción sinérgica de técnicas, principios activos y nuevos protocolos que actúan sobre los diferentes mecanismos que causan el problema.
El melasma se produce por la acumulación de pigmento en forma de manchas localizadas en áreas de la cara como las mejillas, frente y labio superior, dando un aspecto muy antiestético.
Habitualmente se presenta en mujeres jóvenes a partir de embarazos y cambios hormonales. Necesita una especial predisposición de la piel y la exposición a la luz solar, por lo que es mas frecuente en pieles morenas, con tendencia a pigmentarse y en climas soleados como el nuestro.
Actualmente no existe un tratamiento definitivo, pero con una serie de cuidados de mantenimiento y el empleo regular de nuestras técnicas, conseguimos mantener a nuestras pacientes con un tono de piel mucho más homogéneo durante todo el año.
El tratamiento comienza con la realización de técnicas de Microdermoabrasión para, posteriormente, continuar con la aplicación de mascarillas tratantes específicas.
La Microdermoabrasión produce una exfoliación mediante la utilización de cabezales de acero revestidos de miles de pequeñas puntas de diamante.
Mediante sección por vacío y movimientos simples y delicados en el rostro, se logra el efecto en la piel del paciente. Su aplicación es totalmente indolora y relajante, como un masaje.
Inmediatamente después aplicamos activos despigmentantes, que actúan en las capas mas profundas de la piel para reducir el pigmento y homogeneizar el tono.
Cada sesión tiene una duración aproximada de 20 minutos. A su finalización se aplican cremas que contribuyen a que la paciente pueda reincorporarse a su vida normal de forma inmediata.
Es aconsejable repetir este tratamiento cada tres o cuatro semanas, durante un número de sesiones variable en función del estado y las características de la piel del paciente. Nuestro tratamiento de mantenimiento aconseja repetir una sesión trimestral una vez conseguido el objetivo principal.
En los casos en los que el pigmento se acumula en las capas más profundas de la piel es necesario continuar con técnicas que alcancen mayores niveles de profundidad.
La paciente puede reincorporarse a su vida habitual pasadas unas horas, aunque es posible que el enrojecimiento o pequeños hematomas transitorios puedan prolongarse durante unos días. En todo este periodo es necesario evitar la exposición al sol y aplicar con frecuencia protectores solares.