El exceso de sudoración, conocido técnicamente como hiperhidrosis, aunque no se considera una patología grave, sí puede afectar de forma importante a la calidad de vida de los pacientes, incluso a sus relaciones interpersonales.
La hiperhidrosis se produce al experimentar una producción excesiva de sudor, que puede afectar a distintas zonas locales –axilas, manos, pies- o, con menos frecuencia, de forma generalizada.
Puede estar provocada por factores idiopáticos, de causa desconocida, relacionada con alteraciones en la regulación del sudor por el Sistema Nervioso, de forma inconsciente, y agravada en situaciones de estrés.
En ciertas ocasiones, la hiperhidrosis puede estar relacionada con factores de tipo endocrino, como el hipertiroidismo, o bien ser debida a efectos secundarios de algunos farmacos, sobre todo aquellos que tienen acción en el Sistema Nervioso.
Aunque no se trata de una patología con gravedad clínica, sí afecta a la calidad de vida del paciente, incluso en sus relaciones interpersonales, por la presencia de grandes manchas en sus prendas de ropa, mal olor o por el notable incremento de sudoración en las manos, lo que impide una interrelación social adecuada en muchos casos.
Existen distintos tipos de tratamientos para la hiperhidrosis que deben ser evaluados después de la consulta con el especialista. El más habitual consiste en la inyección de toxina botulínica (Botox®) en las zonas en las que existe una mayor sudoración, especialmente en las axilas y en las palmas de las manos. El tratamiento es poco molesto y se realiza en consulta en apenas 15 minutos. El efecto es temporal y permite al paciente estar sin síntomas entre 4 y 12 meses por termino medio.
También es posible realizar una pequeña intervención quirúrgica mediante técnica videotoracoscópica, que consiste en la sección o en la compresión de la cadena nerviosa simpática torácica. Esta intervención es aconsejable en los casos en los que el tratamiento médico no ha resultado satisfactorio.
Recientemente se está empleando la tecnología de radiofrecuencia que parece mejorar el mal olor aunque no el exceso de sudor o hiperhidrosis.
El primero paso debe ser “valorar si solo es algo molesto y poco importante o, por el contrario, interfiere en la vida diaria de una persona».
En estos últimos es necesario acudir a un especialista para que paute el tratamiento más adecuado según su diagnóstico.
Además, se tiene que tener en cuenta que la hiperhidrosis puede ser un síntoma de enfermedades como obesidad, ansiedad o depresión o algún trastorno hormonal, como puede ser el hipertiroidismo o la menopausia. Por este motivo, es necesario acudir a un especialista para proceder a un estudio completo, que permita averiguar la causa del trastorno y tratarlo de forma adecuada.
Productos que inhiben la sudoración a diferencia de los desodorantes, que tratan de minimizar el olor. Actualmente los comercializados tiene ambas propiedades; se emplean habitualmente sales de aluminio en forma de aplicación tópica.
Se utilizan en los casos más leves y deben seguirse unas pautas de uso para maximizar su eficacia y minimizar posibles efectos adversos. “Deben aplicarse sobre la piel seca y por la noche, de forma que su acción pueda extenderse durante más horas y que el producto no se quede impregnado en la ropa, es decir, su forma de aplicación es la contraria a la haría una persona sin patología con un desodorante normal”.
«Hoy en día, es la técnica más efectiva y rápida para tratar la hiperhidrosis en axilas, manos y pies son las microinyecciones de toxina botulínica tipo A»
Antes de realizarlas se lleva a cabo una prueba que permite al dermatólogo detectar los puntos exactos de la zona a tratar por los que más se suda. Una vez identificados, se procede con las infiltraciones, que consiguen bloquear temporalmente la actividad de las glándulas sudoríparas que provocan la sudoración excesiva.
Es un tratamiento poco molesto y que se realiza en la misma consulta del dermatólogo. Los efectos son prácticamente inmediatos (unas 24 horas) y tienen una duración estimada de entorno a los 4-8 meses, dependiendo del grado de hiperhidrosis que se padezca.
Es un tratamiento que consiste en eliminar los ganglios encargados de estimular la sudoración de axilas y manos. “Esta cirugía la recomendamos en casos extremos, cuando ningún otro tratamiento no ha funcionado».
La intervención es realizada por cirujanos torácicos con excelentes resultados en cuanto a la disminución de la sudoración en manos y axilas que, además, resulta definitiva. Su principal inconveniente estriba en la aparición de la hiperhidrosis compensatoria., es decir el paciente deja de sudar en manos y axilas pero aumenta la sudoración en otras localizaciones (cara, espalda, pecho …)