Las lesiones inflamatorias (granos, espinillas) producidas por el acné tienen tendencia a dejar cicatrices, tanto en adolescentes como en adultos. Además, el acné así como las cicatrices que produce suelen afectar en gran medida a la calidad de vida (al dolor y a la molestia producida por las lesiones se suele unir un deterioro de la imagen que los pacientes tienen de sí mismos).
El acné es una patología de la piel que afecta, en distinto grado, a más del 80% de los adolescentes, y a más del 20% de las mujeres entre 22 y 50 años. Las últimas investigaciones, apuntan a que factores genéticos pueden influir decisivamente en la formación de las cicatrices de forma distinta en una persona a otras. Así, la tendencia genética por parte de las células de la piel a formar determinados factores químicos ante la inflamación determinará que se formen más o menos cicatrices y el tipo de éstas.
Entre estos factores genéticos está la producción de colágeno de una u otra forma en el proceso de cicatrización.
Los especialistas de IDEI realizamos un estudio en profundidad tanto del acné como de las primeras fases del proceso de cicatrización. De esta forma, cuando podemos actuar precozmente, conseguimos minimizar el tamaño o la presencia de cicatrices. Si el acné ya ha provocado cicatrices empleamos la tecnología más moderna para su tratamiento.
La combinación de la tecnología médica más avanzada, como los láseres fraccionales (ablativos o no ablativos), laLuz Pulsada Intensa, con tratamientos faciales como la Microdermoabrasión o la terapia farmacológica consiguen que las cicatrices de acné desaparezcan o sean reducidas de forma importante.
Cicatrices de acné atróficas.
Las cicatrices de acné atróficas se producen cuando durante el proceso de cicatrización de la lesión inflamatoria se produce una pérdida general del colágenosubyacente de la piel dando lugar a una cicatriz más o menos profunda (en forma de V o de U), irregular y/o ondulada.
Para este tipo de cicatrices de acné solemos emplear láseres fraccionales ablativos de Co2 y de Erbio. Su principal característica es que producen microzonas de calentamiento en la capa profunda de la piel (epidermis) activando la generación de nuevo colágeno y elastina y renovando a la vez la superficie de la piel.
Este tipo de láseres no solo consigue eliminar las cicatrices de acné sino que produce un rejuvenecimiento total de la piel del rostro al actuar también sobre la capa superficial de la piel reduciendo a la vez manchas y arrugas.
En los casos en los que las cicatrices son muy profundas, es necesario combinar el tratamiento con Láser con microinyecciones con diferentes productos especializados como el ácido hialurónico. Éstas consiguen un efecto relleno inmediato, además de que mejoran la textura y tersura de la piel al inducir también la producción de colágeno y elastina y manteniendo de esta forma la estructura de la piel, tensándola. El resultado es que las cicatrices se minimizan considerablemente.
A veces es necesario realizar pequeños procedimientos quirúrgicos con anestesia local, para eliminar las cicatrices más profundas o los tractos fibrosos que retraen la superficie de la piel.
La Microdermoabrasión es otro de los tratamientos utilizados como complemento para las cicatrices de acné. La Microdermoabrasión se realiza mediante la utilización de puntas de acero revestidas de diamante, u otros cristales minerales, que mejoran la textura de la piel a la vez que le dan uniformidad y luminosidad.
Cicatrices de Acné Hipertróficas o Queloides.
Las cicatrices de acné hipertróficas y los queloides se producen cuando se da la circunstancia contraria a las cicatrices de acné atróficas. En todo proceso de cicatrización de una herida, nuestro cuerpo tiene unos mecanismos internos que hacen que la herida se cierre. El colágeno tiene mucho que ver en ese proceso de cicatricazión.
El colágeno se fabrica por unas células que se llaman fibroblastos. En el caso de los queloides y cicatrices hipertróficas, esos fibroblastos reaccionan de forma anómala, dando lugar a una cicatriz más grande lo normal, elevada y de un color rosado o púrpura, distinto del de la piel.
En estos casos, a pesar de que tanto la cicatriz hipertrófica como el queloide tengan un aspecto que no agrade al paciente, es recomendable no recurrir a la cirugía, porque suele estimular nuevamente la sobreproducción de colágeno, pudiendo producir un resultado peor al previo.
El tratamiento de este tipo de cicatrices es largo y complejo, y requiere a menudo la combinación de láseres y fármacos que producen una eliminación del exceso de colágeno y favorecen la creación de colágeno normal para ayudar a recrear la superficie perdida.
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