Cuando uno piensa en la figura de un dermatólogo, siempre aparece en la mente un médico especializado en el diagnóstico y el tratamiento de distintas enfermedades relacionadas con la piel y las manchas o rarezas que en ella aparecen. De hecho, desde hace años, el cáncer de piel es el gran caballo de batalla de estos especialistas debido a su prevalencia -es el más frecuente en nuestro organismo- y a la agresividad de algunos tipos en concreto como el melanoma, del que se diagnostican alrededor de 6.000 casos al año en nuestro país según el informe Las cifras del cáncer en España, elaborado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

La buena noticia es que un altísimo porcentaje de los cánceres cutáneos no melanomas se curan si se diagnostican a tiempo. La mala es que la mortalidad por melanoma sigue aumentando aún hoy pese a los esfuerzos realizados a través de miles de campañas de concienciación. Sin embargo, la Dermatología y Venereología española goza cada vez de una mejor salud y se han conseguido grandes avances relacionados con el diagnóstico precoz.

«El diagnóstico precoz en el cáncer de piel y, aún más, en el melanoma, va de forma lineal al buen pronóstico», explica a EL ESPAÑOL Leandro Martínez, presidente de la sección territorial andaluza de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y jefe de servicio de Dermatología del Hospital Regional de Málaga. «Cuando detectamos un melanoma in situ quiere decir que estamos ante un estadío muy inicial, y eso es casi sinónimo de curación pese a que estamos ante uno de los tumores más agresivos que puede afectar al ser humano».

El Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral,  se encuentra en este grupo de los 25 mejores dermatólogos de España.

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